La acción de la C.A.F.E. en el Amambay. ¿Revolución agrícola o crimen ecológico? (Parte 1)
Fecha: 2024-03-12 09:23:44 AM
PEDRO JUAN CABALLERO DE ANTAÑO. En su libro “Semblanza de la Antigua Punta Porã”, el periodista y escritor Romildo Moreira Villanueva, escribe:


Pasado el ciclo de la yerba mate, razón de ser de Pedro Juan Caballero y Ponta Porã desde sus albores, el modus vivendi en la frontera Paraguay – Brasil sufrió una brusca transformación con la masiva llegada al área, desde comienzo de los años 50, de inversores y capitales brasileños, en especial del Estado de Paraná, y hasta de otros países del hemisferio, como los Estados Unidos de Norteamérica. Todo ello hasta aquí convergieron con un solo objetivo: el cultivo en gran escala del café, hasta entonces restricto al Norte paranaense con un éxito realmente deslumbrante y espectacular. A punto de ser considerada la ciudad de Londrina como ”capital mundial del café”,

 Para ello, una inmensa extensión de monte virgen cubriendo literalmente todo el departamento de Amambay, se presentaba como el nuevo El Dorado a los ojos de aquellos que apostaron al éxito del costoso (y osado) emprendimiento. Dos factores gravitaron para que eso sucediese en un abrir y cerrar de ojos: la calidad y riqueza del suelo -similar en todo al Norte del Estado brasileño de Paraná- y el irrisorio precio de las tierras hasta entonces existentes, el cual, comparado con el que regía en el Brasil de la época, era un verdadero regalo.

Esto, al menos, en la óptica del ítalo-brasileño Geremías Lunardelli (el conde), el primero en no dudar en extender su vasto imperio verdeamarillo hasta una inmensa propiedad cubierta de árboles y fértiles tierras que comenzaba prácticamente en los límites de la ciudad de Pedro Juan Caballero, al Norte, y terminaba en el río Paraguay y su confluencia con el Apa, próximo a Bella Vista.

Cabe aquí observar que, la determinación del “Rey del Café” fue rápidamente imitada por un tejano de nombre Clarence Earl Johnson, en la época, al servicio de la multinacional Anderson-Clayton, en el ABC Paulsta (Santo André, São Caetano do Sul). Este, junto a otros tres o cuatro estadounidenses, fundó, en Pedro Juan Caballero, la Compañía Americana de Fomento Económico (CAFE), por medio de la cual adquirió del  Gobierno paraguayo nada más y nada menos que 195.000 hectáreas de monte virgen que fue derribado de un solo golpe por el ejército de trabajadores brazales – paraguayos y brasileños- que poco o nada se importaron con la tremenda devastación de bosques milenares que alteró para siempre el ecosistema de la región, según opinión unánime de expertos internacionales en cuestiones de suelo y clima.

Acto seguido, gracias a una foto tomada con el dictador Alfredo Stroessner que le  diario “The New York Times” publicó con destaque, el astuto y moderno “cowboy” consiguió despertar el interés de centenares de compatriotas en los Estados Unidos a comprar lotes de 50 hectáreas con determinadas covas de café en el lugar conocido como “Chirigüelo”, a escasos 20 kilómetros de Pedro Juan Caballero, capital del departamento de Amambay, donde, inclusive, fue proyectado el surgimiento de una ciudad con el nombre de “Aquidabán”.

Próxima entrega:"Desengaño y frustraciones"



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