La mujer, que ante el reclamo de sus vecinos ya demostró que no tiene intenciones de vivir en paz con los mismos, en los días lluvia arroja a los raudales su basura con la intención de que tales desechos sean vertidos en el cauce del arroyo Punta Vakapi, que pasa a unas cuadras más abajo.

Esta desatinada práctica, genera además un gran problema a los vecinos, ya que muchas veces, la basura que arroja al raudal, ante cualquier obstáculo, se tranca y no llega al cauce del arroyo, generando en consecuencia, inundaciones de las veredas y los patios de los vecinos. A eso se le suman los excrementos de gallinas que arrastra el agua, ya que tiene un criadero de aves sin las condiciones básicas necesarias, es decir, un gallinero debidamente adecuado para que no ocasione ese tipo de problemas.

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