El hecho se produjo durante el cambio de guardia, cuando el suboficial de Policía, Alexander García, se disponía a tomar la guardia y durante los controles de rutina, en donde sus demás compañeros sospecharon de una actitud sospechosa del mismo, y al revisar su chaleco antibalas, con bultos poco comunes y llamativos, hallaron en los bolsillos 8 pequeñas botellas (petacas) de caña, que se supone sería vendida a las reclusas.

Una vez descubierto, el joven Suboficial no supo explicar la razón del por qué estaba tratando de introducir dicha bebida prohibida al penal de mujeres, aunque como ya se dijo, sería para la venta a las internas.

El Suboficial detenido y puesto a disposición del Ministerio Público.

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